Tus plantas de interior siguen creciendo y muy pronto serán demasiado grandes para sus macetas. Es hora de replantarlas. ¿Pero cómo se hace? ¿Es lo mismo que plantar, sólo esta vez con una planta más grande? ¿Y cómo se puede evitar que la planta sufra problemas de absorción de agua, lo que se conoce como shock de trasplante? Vamos directo al grano.
El shock del trasplante es un proceso biológico que la planta experimenta después de ser replantada. Fundamentalmente significa que la planta recién replantada no puede absorber suficiente agua a través de sus raíces. Es de hecho un estrés hídrico. El shock del trasplante puede ser causado por una plantación incorrecta. Muchas veces, las plantas que se replantan no tienen un sistema de raíces muy desarrollado. Dañar o interferir demasiado con estos sistemas de raíces menos desarrollados durante la replantación puede ciertamente causar un shock de trasplante.
El primer signo de que tu planta está en shock de trasplante son hojas con aspecto quemado. Esto significa que los bordes de las hojas comenzarán a ponerse amarillos o marrones. Si el problema se acentúa, las hojas pueden empezar a enrollarse o retorcerse. Básicamente, la planta está dejando morir las hojas porque no tiene el agua para sustentarlas.
Nunca se puede evitar por completo el estrés de la planta durante el replanteo ni la pérdida de raíces a lo largo del cultivo. Pero puedes limitar este estrés. Hay algunas maneras de prevenir el shock del trasplante.
Primero, es importante plantar en una maceta correctamente preparada. Comienza con una capa de Euro Pebbles para el drenaje y luego una capa del sustrato que quieres utilizar. Recomendamos Lightmix o Growmix, ya que son muy adecuados para el cultivo en interior y tienen una excelente estructura para el desarrollo de las raíces. Cuando esta capa inferior esté lista, puedes colocar la planta. Sería prudente quitar una pequeña parte del cepellón, lo que es irónico, porque esto estresa la planta a nivel de las raíces. Sin embargo, ayudará a combatir el shock del trasplante porque la planta ahora tiene que trabajar en el desarrollo de nuevas raíces. Coloca la planta en la maceta y coloca el resto de la tierra alrededor del cepellón. Compacta un poco la tierra para asegurar una base estable a la planta y para que esta esté en contacto con la tierra.
A continuación, riega bien la planta de interior después de replantar. El shock del trasplante es estrés hídrico y, por lo tanto, es esencial asegurarse de que las raíces recién plantadas puedan absorber suficiente agua desde el primer momento.
Por último, hay que tener cuidado de replantar en un período de clima templado. No lo hagas cuando es demasiado cálido, seco o frio por un periodo bastante largo. El trasplante es un proceso intensivo y es siempre bueno realizarlo cuando la planta es fuerte y puede recuperarse.
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