Como cultivador principiante, obviamente quieres que tu primer cultivo sea un éxito. Los problemas de cultivo más comunes se previenen fácilmente observando de cerca la planta. Por regla general, nunca utilices demasiado de algo. Pero, ¿qué factores se deben tener en cuenta?
Nunca des demasiada agua a tus plantas. Esto puede tener serias consecuencias, especialmente cuando tu substrato retiene mucha agua. El exceso de agua es la causa principal de una serie de patógenos que provocan la pudrición de las raíces. Siempre asegúrate de que el exceso de agua sea drenado. También tendrás que verificar que tu suelo no permanezca húmedo durante mucho tiempo. Puedes usar los dedos para sentir si la tierra está lo suficientemente seca como para volver a regarla. Si has plantado tus plantas en macetas, también puedes usar una balanza. Pesa tu planta cuando la tierra tenga el balance de humedad adecuado. Podrás utilizar este peso para determinar si tus plantas necesitan agua. Esto porque el agua se evapora del suelo y de la planta. De este forma, la cantidad de agua se reduce, lo que hace que también se reduzca el peso total.
Al igual que el agua, demasiado fertilizante no es bueno para las plantas. Los minerales pueden acumularse, haciendo que tu planta absorba menos agua. Esto porque la concentración de minerales en el suelo será mayor que la concentración de minerales en la planta. Esto hace que el agua fluya desde la planta hacia el suelo, cuando tendría que pasar lo contrario. Una planta que recibe demasiado fertilizante se seca. Las hojas se pondrán flojas y sus puntas se volverán marrones. La planta también se verá debilitada.
El valor ideal para un sustrato estándar (turba) es entre 5,5 y 6,5. Si el valor del pH es mayor o menor, la absorción de nutrientes puede verse afectada. Sin embargo, no todos los nutrientes se absorben de forma óptima con el mismo valor de pH. Algunos nutrientes requieren un ambiente ácido, mientras que otros prefieren un ambiente básico. Por este motivo, te recomendamos que compruebes regularmente el valor del pH del suelo. Cuando cultivas con un estilo de cultivo 100% NATURAL, no es necesario medir el valor de pH del suelo, asumiendo que el agua del grifo tiene un valor normal de pH.
La presencia de luz es de suma importancia para las plantas. Esto se debe a que la luz ayuda a la fotosíntesis. Nunca coloques la fuente de luz demasiado alto por encima de la planta. De lo contrario, esta tendrá a sobresalir. Como consecuencia, la planta no recibirá suficiente luz y se inclinará. Por esta razón, no recomendamos el cultivo en la ventana. La planta no recibe suficiente luz para desarrollar frutos maduros.
Las hojas producen una gran cantidad de azúcares para la planta, que son utilizados como fuente de energía. Entre otras cosas, estos producen nuevas hojas, brotes, ramas y raíces. La luz juega un papel importante en este proceso. Cuando las hojas están completamente a la sombra, tienen una mayor probabilidad de contraer enfermedades. Los insectos también prefieren estas hojas porque son menos vitales, lo que las hace presas más fáciles. Por eso, asegúrate de que tu planta reciba suficiente luz. Si esto no es posible, puedes considerar quitar las hojas que están a la sombra.
Asegúrate siempre de que tu maceta sea lo suficientemente grande para la planta y sus raíces. Si la maceta es demasiado pequeña, no habrá espacio para que se desarrollen las raíces. Esto hace que las raíces se estresen por falta de espacio. Las raíces enredadas pueden ser una consecuencia de esto. En este caso, la planta no recibe suficientes nutrientes, lo que provoca que el crecimiento de los frutos se retrase. Deberás asegurarte de que tus plantas siempre tengan suficiente espacio para desarrollarse.
Las plantas siempre requieren aire fresco. Cuando se cultiva en exterior esto no es un problema. Sin embargo, si cultivas en interior, tienes que asegurarte personalmente de que tus plantas tengan suficiente aire fresco disponible. Las plantas necesitan aire fresco para almacenar dióxido de carbono, que absorben del aire y utilizan para la fotosíntesis. Con este proceso una planta crea los azúcares necesarios para crecer.
Una temperatura demasiado alta o baja puede causar problemas de crecimiento a la planta, porque en este caso el metabolismo de la planta no funciona correctamente. Si la temperatura es demasiado alta, la planta también absorberá menos dióxido de carbono del aire, lo que afectará la fotosíntesis. Recomendamos una temperatura entre 20 y 26°C si no quieres preocuparte demasiado.