Cultivo al aire libre para principiantes. Una planta tiene una serie de necesidades básicas: luz, agua, dióxido de carbono, y una temperatura y humedad del aire determinadas. Al cultivar al aire libre, obtienes todo esto de forma gratuita. Esto es algo muy bueno, pero existe un problema: no tienes control sobre estos factores. Además, al estar tu planta a la intemperie, está expuesta a las condiciones del tiempo extremas.
Las condiciones del tiempo no tienen en cuenta tus estupendos planes de cultivo. El clima en el que crece una planta al aire libre, no se puede controlar. Un día llueve, al día siguiente brilla el sol. Una planta adapta su crecimiento a las circunstancias. La regla general es simple: todo en exceso es malo. La luz solar es indispensable, pero si hace demasiado calor durante mucho tiempo, la capacidad de la planta de absorber nutrientes será menor. Debido a la sequía, la planta reducirá la superficie de la hoja, para disminuir la evaporación. De esta manera la planta se protege a sí misma y solo así una planta puede sobrevivir con menos agua de lluvia. Por otro lado, demasiada agua de lluvia en el suelo se traduce en un menor contenido de oxígeno en la tierra. Debido a ello aumenta la posibilidad de que las raíces se descompongan y que se inhiba el crecimiento de la planta.
En primer lugar, debes asegurarte de que tus semillas sean adecuadas para el cultivo al aire libre. Especialmente si deseas sacar las plantas al exterior bastante temprano (antes de mediados de mayo), debes tener plantas que puedan soportar temperaturas más bajas.
Una vez que tus plantas estén al aire libre, asegúrate de que no se expongan ni a un exceso ni a una escasez de agua. Distintas plantas tienen diferentes preferencias, así que presta atención a la descripción cuando compres las semillas.
El suelo siempre debe tener un buen drenaje y hay que utilizar productos para mejorar el suelo. Gracias a estas medidas, un exceso de agua puede ser bastante controlable. La cantidad de sol es más difícil de controlar si cultivas en el suelo, pero las macetas siempre se pueden trasladar. En este caso también tienes la ventaja de poder trasladar las plantas a un lugar seguro en caso de lluvias muy intensas, tormentas de viento o incluso granizo.
Puedes usar un barril para juntar agua de lluvia, para compensar un posible período de sequía. Si cuando cae agua la almacenas, tendrás reservas cuando haya sequía. La desventaja es que el agua de lluvia almacenada en un barril puede contener huevos de plagas y microrganismos patógenos.
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