Después de un buen periodo de floración, notarás algunos cambios en la planta. Los frutos comenzarán a formarse y cambiarán de color. Entonces, ¿cómo puedes saber que es hora de cosechar? Y qué pasa con las demás preguntas: ¿tengo que hacer un lavado? ¿Hay un momento del día adecuado para hacerlo? Y, sobre todo, ¿cómo se cosecha? Hoy vamos a aclarar estas dudas sobre la cosecha.
Naturalmente, el primer indicio de que el tiempo de cosecha podría ser próximo es la presencia de grandes frutos maduros. En algún punto, la cosecha ya no aumentará, lo que es una buena señal de que la planta está lista para la cosecha. Pero la cosecha no debe hacerse prematuramente. Muchas plantas seguirán incrementando la densidad y la calidad del fruto, aunque no se vea desde afuera. Más allá del evidente crecimiento de los frutos, hay que observar otras señales. Muchas plantas empiezan a perder su coloración cuando se acerquen al final de la floración. Las hojas empiezan a ponerse amarillas, por ejemplo. Esta es una clara señal de que el ciclo vital de la planta está por terminar y que la formación del fruto ha llegado a su máximo. No coseches demasiado tarde o los frutos podrían empezar a secarse. Desde luego, estas son reglas generales. Pero si el tamaño de los frutos ya no aumenta y las plantas comienzan a perder su coloración, sí, es hora de cosechar.
Muchos cultivadores prefieren hacer un lavado del sustrato antes de cosechar. Una tendencia entre los cultivadores es la de lavar el sustrato durante una semana, con al menos el doble de la cantidad normal de agua, para eliminar el exceso de nutrientes del suelo y de la planta. La leyenda dice que esto aumenta la pureza de la cosecha. En realidad, no existen pruebas científicas de la eficacia de este procedimiento.
De todos modos, si te gusta esta práctica, no discutiremos al respecto. Aquí hay una técnica de dos pasos: dar agua hasta que el sustrato esté bien mojado y esperar unos minutos. Luego remojar de nuevo. Puedes usar la herramienta clásica que se utiliza para el riego, es decir la regadera. Los partidarios del lavado son muy fieles a esta técnica.
En el cultivo en interior la mañana y la tarde son artificiales. Es mejor cosechar antes de que empiece el periodo de luz, es decir antes de que la iluminación en el cuarto de cultivo se encienda. Si se enciende mientras estás ocupado, apágala y trabaja con la luz normal de la habitación. Si comienzas antes de que las plantas reciban una luz fuerte, la calidad de la cosecha mejorará porque los frutos aún no están llenos de savia de la planta. La savia no es dañina para ti, pero no es buena para el sabor del producto final.
Basta de teoría. Hablemos de cómo cosechar. ¿Qué necesitas para la cosecha y cómo se hace? Este es un tema que difícilmente se puede discutir en términos generales: ya que existen diferentes especies de plantas hay tantas maneras de cosechar. De todos modos, hay una lista de objetos que conviene tener siempre a mano.
Guantes. Se recomienda siempre usar guantes. Esto mantiene tus manos limpias, pero sobre todo protege la cosecha de los gérmenes y la suciedad asegurando que la calidad de los productos finales sea óptima.
Tijeras o podaderas. Si estás cosechando de plantas que tienen varios ciclos de vida, es una buena idea usar herramientas como tijeras o podaderas para sacar los frutos. Retorcer o arrancar los frutos de la planta puede dañar las ramas y debilitarla para el futuro. Al contrario, si la planta solo tiene un ciclo, también puedes usar herramientas para cortar toda la planta del cepellón. Llévala a una habitación más grande donde sea más fácil sacar los frutos. En un sustrato hidropónico, quita las raíces si quieres reutilizarlo, o usa directamente un nuevo sustrato.
Balde o caja. Suena superfluo mencionarlo, pero necesitarás un balde, una cesta o una caja para guardar los frutos. Esto es muy práctico para llevar tu cosecha a otro lugar, donde puedes procesarla.
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